Las matemáticas son el lenguaje de la ciencia y la herramienta indispensable para el estudio del mundo natural. La clave del éxito en todas las ciencias, especialmente en la química y la física, es una buena educación matemática.
La educación progresista aboga por una educación “centrada en el niño", pero, ¿de dónde surgió esta idea? y ¿por qué los cristianos deberíamos, al menos, cuestionar si es lo mejor para nuestros niños?